Enhebrando con el hilo del “quizá”,
encontramos el nudo de “algún día”
las puntadas sucesivas, paralelas,
reforzaron la costura de la vida.

Tan extraña es la tela del destino,
no se rasga, no se corta, no se arruga,
no se esconde ni se entrega al dobladillo,
no se tiñe del color de la mentira.

…es muy bello el zurcido del “me atrevo”,
no se oculta en el bolsillo del olvido

Te observo sin mirarte y tu voz entra como vinagre en mi cabeza,
salen las palabras pegajosas y vacías, no tienen ni el sentido
de su contenido. Miras la vida como un film aburrido y predecible,
sólo haces un intervalo de arquetipos y prejuicios.
Nada es "correcto", todo es "correcto".Vivís en eternos domingos
por la tarde y sentís... con liviandad, cual Kermes
de viernes a la noche.
Ay mujer que separas los días, tan solo, por la alfombra deslucida de tus noches,
no comprendes que la vida se vive con vértigo y sin reglas...
lo demás...es tan solo, esperar como un idiota enmascarado...
que llegue el día de tu muerte

...y el pasaje escondido no es el mismo,
se tiñó con los grises del olvido.
Las persianas con rendijas que espiaban
no observan la aventura transparente.
Ya no hay vida...no hay miradas,
solo hojas que transitan aburridas
y muñecos que parecen casi humanos
que esperan resignados otra aurora,
testimonio de otro día transcurrido.
...y el pasaje escondido no resguarda,
ni el amor ni el gemido compartido,
ni el sudor que acompaña a lo prohibido.
Ya no hay cuerpos...no hay testigos,
Hay tan solo el vestigio sin sentido
del delirio de un pecado cometido.
Fue un sueño no soñado...que murió..
Fue un pasaje que nunca, nadie encontró

Transito mi angustia por pasajes ocultos y trato de vivir.
Descubro que el rojo encaja en un paisaje pintado para mí.
Me niego a ver el tiempo, corriendo tras la muerte sin sentir.
Me paro frente al sueño, con la mueca pintada, sin reír.
Invento en cada nudo absurdo, los motivos del riesgo de perder.
Me ahogo en fantasías, buscadas, con miedo de cumplir.
Maquillo a un payaso cansado, con negro y con esplín.
Me busco y no me encuentro… y vuelvo hacia atrás y estoy ahí

Camino por el surco tempestuoso de la duda
esquivando tu mirada y ocultando tu sonrisa,
me detengo frente a sueños y utopías
que alimentan una angustia que no es mía.
No hay sentido ni razón que justifique
que la aurora no contemple tu tristeza,
ni que la vara que fustiga tus temores
no se quiebre ante el grito de tu vida.
Camino por el surco tempestuoso de la nada
y no estás, no te reflejas ni en mi alma.
Ya no busco ni sonrisas ni miradas,
ni los sueños que encerraste, atormentada.