martes, 10 de agosto de 2010

Impávida,sin aliento se rindió
admitiendo,sin embargo,que no hay fuerza
tan sublime,ni impulsos tan bestiales
que dobleguen la locura y la pasión

Abnegada, sin pensarlo se durmió,
despertando en la noche angustiada
por un sueño que murió y que nunca
en su vida....ella supo que soñó

1 comentario:

  1. Uhhhh... triste!

    Lindo pero... triste y cruel. Que feo saber que ese sueño murio...

    ResponderEliminar